Síntomas Psicológicos y Conductuales asociados a las Demencias

SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS Y CONDUCTUALES ASOCIADOS A LAS DEMENCIAS

¿Qué es la Atención Centrada en la Persona?

La atención centrada en la persona (ACP) se concibe como la implementación de la metodología necesaria para lograr que sea la propia persona con demencia, quien planifique y tome decisiones sobre su propia vida y sobre los objetivos que aspire alcanzar en su transcurso.

Para ello, las intervenciones han de tender, por una parte, a favorecer el máximo grado de independencia.  Por otra parte, y de manera muy especial, en este modelo se enfatiza la importancia del acompañamiento y apoyo profesional dirigidos a reforzar las capacidades de la persona para que, apoyándose sobre ellas, sobre su propia biografía y sobre sus preferencias y deseos, llegue a ejercer al máximo su autonomía moral.

Las situaciones de discapacidad evolucionan, obviamente, a lo largo de la vida de la persona.  Sus necesidades de apoyo para desarrollar su plan de vida, también. Por eso, la atención centrada en la persona tiene un carácter procesual  y exige que contenga la flexibilidad suficiente para realizar reajustes permanentes y adoptar decisiones y medidas ajustadas a cada momento. 

La atención centrada en la persona se dirige a la consecución de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias y contando con su participación activa.

¿Qué diferencias existen entre este modelo de atención y el modelo tradicional?

Predominantemente nos encontramos con un enfoque biomédico muy instaurado.

Las terapias actuales para el deterioro cognitivo leve y la demencia están casi exclusivamente dirigidas a la utilización y desarrollo de medicamentos y hacia preservar el cuerpo físico intacto.

De manera similar, cuando la demencia progresa, el foco de cuidados se desplaza hacia el cuerpo físico y los problemas médicos relacionados, como por ejemplo la alimentación, la hidratación, lesiones, incontinencia, pérdida de peso, disfagia, caídas, neumonía, sepsis y problemas en la piel. Sin embargo, el énfasis en las necesidades corporales viene a menudo a expensas de las necesidades de la personalidad de las personas con demencia.

Hay que tener en cuenta que, a parte de los cambios cognitivos y físicos, en una demencia, también se producen cambios psicológicos y conductuales, llamados SPCD (Síntomas Psicológicos y Conductuales asociados a la Demencia).

¿Qué son los Síntomas Psicológicos y Conductuales asociados a la Demencia?

Los SCPD pueden clasificarse en:

Psicológicos:

Delirio: Es un desorden de las ideas que produce alteración mental, gran excitación e intranquilidad. Por ejemplo ideas de robo, celotipia, perjuicio u otras.

Alucinaciones: Son alteraciones de la percepción mediante un canal sensorial. Por ejemplo, ver personas, insectos o escuchar voces que no existen.

Trastornos del estado de ánimo: Depresión, ansiedad, apatía, labilidad emocional…

Conductuales:

Agitación:

  • Conducta física no agresiva: Inquietud, manierismos repetitivos, deambulación sin objetivo, ordenar/desordenar, acumular objetos, etc).
  • Conducta física agresiva: Pegar, morder, etc.
  • Conducta verbal no agresiva: Demanda de atención constante, quejas, etc.
  • Conducta verbal agresiva: Gritar, insultar, hacer ruidos constantes, etc.

Desinhibición (impulsividad, desinhibición sexual).

Otros (alteraciones del sueño, etc).

En el modelo de Atención Centrada en la Persona, estos comportamientos no son vistos como perturbadores sino como la expresión de una necesidad insatisfecha de la persona.

Con lo cual, en lugar de extinguir estos comportamientos a través de restricciones físicas (contención) o químicas (medicación) como se haría desde el modelo tradicional (biomédico), lo más adecuado es que intentemos indagar para identificar los factores que pueden ser la causa de su comportamiento y, por extensión, de sus necesidades.

Sin embargo, tampoco hay que descartar el modelo biomédico ya que puede resolver algunas de las causas que pueden provocar estos comportamientos, como por ejemplo, la alteración del estado de salud (resfriados, estreñimiento, dolor, infecciones u otras alteraciones médicas…).

Entonces, ¿Cuál es el mejor modelo de atención para una persona con demencia?

Ninguno de los dos paradigmas aisladamente, son adecuados para hacer frente a las complejas necesidades de las personas con demencia y sus familias.

Debemos ver más allá del cuerpo como una máquina y más allá de la personalidad como la esencia total del ser con el fin de integrar la dualidad mente-cuerpo. Así, podremos comprender de manera integral los estados de cambio dinámico de una persona con demencia.

Hay que tratar de mezclar las perspectivas paradigmáticas e integrar estos silos de conocimiento para ocuparnos tanto del cuerpo como de la personalidad alterada.

En Senior Coach, ofrecemos propuestas de intervención adaptadas para cada situación. Trabajamos desde una visión integral para ocuparnos de la persona en su totalidad.

Sònia Shah Llois

Fundadora de Senior Coach

Psicogerontóloga

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